La ubicación es idílica, en plena naturaleza, con unas vistas impresionantes. La casa es perfecta para una familia pequeña, muy acogedora, cómoda y bien equipada. Recién reformada, o eso parece. Muy limpia. Piscina con vistas a unos 30 metros de la cabaña. El personal de recepción muy agradable, nos ayudaron con una gestión muy amablemente. Miriam muy maja. Sin duda el lugar perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza.
Es una cabaña auténtica, con ruidos a madera y camas cómodas. Teníamos sidra y bombones de cortesía
Me encantó todo, Pilar, la persona q regenta ESPECTACULAR, super familiar y muy agradable, PERDON PA NO SUPE HACER ESTO ANTES, y ya hace como dos meses estuve el PRIVILEGIO DE ALOJARME EN TU PRECIOSA CASA, PILAR, me encanto de verdad.. muy muy limpio, muy bien ubicado, en plena naturaleza, con tu plaza de aparcamiento, en fin...UNA PRECIOSA CABAÑA CON TU PORCHE, CALEFACCION, ETC ..NO LE FALTABA NADA, Y DECORADO CON EXQUISITO GUSTO
Cabaña muy acogedora, entorno y vistas
La ubicación de la cabaña dentro del pueblo ya es muy buena, pero su estructura y vistas a la montaña la hacen excepcional. Confort y detalles. Sitio para repetir
La cabaña es muy bonita, limpia y acogedora. Tiene vistas preciosas y las fotos no la hacen justicia. Assam era muy amable y nos ayudó en todo momento, incluso con las maletas.
Ha estado todo estupendo, Visina es una anfitriona buenísima, nos ha tratado súper bien. La localización del apartamento está genial, a 5 minutos o menos en coche de Potes, desde el jardín de la cabaña las vistas son estupendas a los picos de Europa. Sin duda una experiencia buenísima, si volvemos a Potes no dudaríamos en volver a Casa Matapalacios.
El lugar es genial, te sientes totalmente en el campo, la ubicación de las cabañas permite que te desconectes del ruido de la ciudad y la rutina. Y Teo es una persona muy amable, atenta y servicial, dispuesto a ayudarte en todo lo que necesites. Repetiría sin duda alguna.
Al final nos alojamos en el hotel Cerro la Nina, del mismo propietario, porque el acceso a las cabañas es muy complicado, una carretera rural con mucha pendiente y curva. El hotel genial, unas vistas increíbles. Pero lo mejor fue el trato recibido y la facilidad que nos dieron para cambiar el alojamiento el mismo día que entrábamos.