El Camp David es un hotel boutique situado en las montañas que combina el máximo confort y lujo. Este hotel cuidadosamente remodelado se erige como un santuario de elegancia en medio de la impresionante belleza natural que lo rodea. Situado sobre las montañas, el hotel se erige como un oasis de sofisticación y confort. Su noble fachada armoniosamente se mezcla con el paisaje montañoso, mientras que los grandes ventanales ofrecen impresionantes vistas panorámicas. Al entrar, los huéspedes son recibidos por espacios meticulosamente diseñados que combinan el encanto con toques modernos y lujosos. El vestíbulo cuenta con muebles de diseño. Las 19 habitaciones del hotel son verdaderos paraísos de relajación. Todas están decoradas en un estilo contemporáneo y combinan elementos con comodidades de lujo. Pero lo que realmente distingue estas habitaciones son las exquisitas sábanas frette que adornan las camas. Además de la ropa de cama, las habitaciones han sido adornadas con muebles procedentes de una tienda de renombre en Santiago, con más de 40 años en el mercado. Estas piezas mezclan elegancia contemporánea con artesanía tradicional. Desde muebles de madera hechos a mano hasta detalles de decoración artesanal, cada artículo cuenta una historia de belleza atemporal y un gusto impecable. La mezcla ecléctica de estilos crea un ambiente cautivador, donde la sofisticación moderna se encuentra con el encanto. Cada pieza ha sido cuidadosamente seleccionada para complementar el entorno alpino y mejorar el ambiente de lujo del hotel. Ya sea un cabecero tallado intrincadamente, una alfombra acogedora o un accesorio de iluminación de declaración, cada detalle se suma al carácter único de la habitación. Los huéspedes están invitados a sumergirse en este espacio curado, donde cada rincón revela un nuevo descubrimiento y cada pieza emana una sensación de confort y refinamiento. Es un testimonio del compromiso del hotel de proporcionar una experiencia inolvidable que se extiende más allá del alojamiento. El restaurante del hotel ofrece una experiencia gastronómica incomparable. Con un menú que combina lo mejor de la cocina local e internacional, cada plato es una obra maestra culinaria que deleita los sentidos. Los comensales podrán disfrutar de sus delicias mientras disfrutan de las vistas panorámicas a las montañas desde el amplio comedor o desde el balcón exterior.

A las parejas les encanta la ubicación. Le pusieron un 9.5 para viajes de dos personas.

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